Pérez Galdós fallece el 4 de enero de 1920 en la casa de la calle Hilarión Eslava, 7 de Madrid, propiedad de su sobrino José Hurtado de Mendoza y Pérez-Galdós. Unos meses más tarde su sobrino ofrecerá a El Museo Canario “los muebles de mi propiedad que constituían la alcoba de mi tío Benito Pérez Galdós, y que se encontraban en ella el día de su fallecimiento”. El libro de actas del museo recogerá la aceptación de la donación al tiempo que se compromete a “habilitar un local adecuado para colocarlos”. “Agradezco mucho dicha aceptación –nos dice su sobrino en carta fechada en Madrid el 21 de diciembre de 1920– y el sentimiento que me produce separarme de ellos se atenúa sabiendo que se han de conservar cariñosamente en nuestra querida tierra bajo el patrocinio de Institución tan significada”. Un mes más tarde, la llegada del último dormitorio del escritor a El Museo Canario aparecía en la portada del periódico isleño La Crónica (26 de enero de 1921).
En 1922, resuelta ya la mudanza de El Museo Canario desde su primera sede en las Casas Consistoriales a su emplazamiento actual, se instalaba el dormitorio del escritor, tal y como recoge una fotografía de una guía editada por el propio museo en 1932. La apertura de una sala dedicada al novelista junto a otra con el despacho del político Fernando León y Castillo a comienzos de la década de los veinte en El Museo Canario –la única institución museográfica abierta en aquel momento en nuestra ciudad– pone de manifiesto el enorme prestigio del que gozaban los dos amigos fallecidos entre la intelectualidad y la política isleñas.