Novela

La producción novelística de Pérez Galdós abarca desde 1870 con La Fontana de Oro hasta 1915 con La razón de la sinrazón. Casi toda una vida dedicada a la observación y captación de todos los aspectos más sobresalientes de la realidad. Inserto en la corriente realista que encontrará sus más fieles seguidores en la España de la segunda mitad del XIX y principios del XX Galdós evolucionará y trascenderá los límites de este movimiento hasta derivar en un estilo propio y genuino del que saldrán algunas de las novelas más importantes de la literatura universal.

Podemos hablar, además, de una unión en su obra y en su estilo de características y tendencias que van desde el realismo de algunas novelas del Siglo de Oro hasta la influencia de los escritores rusos y franceses del siglo XIX y una preocupación por las corrientes religiosas y místicas presentes en toda la literatura española.

Su conciencia artística, su deseo de verosimilitud y su perfecto manejo de las técnicas narrativas hacen que su novelística sea un continuo y fiel reflejo de la sociedad española de los siglos XIX y XX.

 

 

Episodios Nacionales

Los Episodios Nacionales, compuestos de cinco series, las cuatro primeras de diez episodios cada una y la quinta y última de seis, suponen la incursión literaria de Pérez Galdós en un período concreto de la historia de España.

Desde Trafalgar publicado en 1872 hasta Cánovas en 1912 se narran de forma novelada los conflictos que marcaron los sucesos de nuestro país desde 1805, fecha de la derrota de Trafalgar, hasta los primeros años de la Restauración borbónica.

La preocupación por documentar su obra a través de entrevistas, memorias y correspondencia con personas implicadas en los sucesos, y su interpretación novelesca del pasado con la idea de comprender mejor el presente son algunas de sus características más destacables.

Del patriotismo y exaltación de un país cuyo principal interés radica en la lucha por el progreso y la unidad irá pasando Galdós al desencanto y la desilusión originados por el ascenso de la burguesía, una clase social incapaz de llevar a cabo los ideales progresistas que había planteado en la Gloriosa.

 

Primera serie: 1873-1875
Año Título
1873  Trafalgar
1873  La corte de Carlos IV
1873  El 19 de marzo y el 2 de mayo
1873  Bailén
1874  Napoleón en Chamartín
1874  Zaragoza
1874  Gerona
1874  Cádiz
1874  Juan Martín el Empecinado
1875  La batalla de los Arapiles

 

Segunda serie: 1875-1879
Año Título
1875  El equipaje del rey José
1875  Memorias de un cortesano de 1815
1876  La segunda casaca
1876  El Grande Oriente
1876  7 de julio
1877  Los cien mil hijos de San Luis
1877  El terror de 1824
1878  Un voluntario realista
1879  Los Apostólicos
1879  Un faccioso más y algunos frailes menos

 

Tercera serie: 1898-1900
Año Título
1898  Zumalacárregui
1898  Mendizábal
1898  De Oñate a la Granja
1899  Luchana
1899  La campaña del Maestrazgo
1899  La estafeta romántica
1899  Vergara
1900  Montes de Oca
1900  Los Ayacuchos
1900  Bodas reales

 

Cuarta serie: 1902-1907
Año Título
1902  Las tormentas del 48
1902  Narváez
1903  Los duendes de la camarilla
1904  La revolución de julio
1904  O'Donnell
1905  Aita Tettauen
1905  Carlos VI en la Rápita
1906  La vuelta al mundo en la Numancia
1906  Prim
1907  La de los tristes destinos

 

Quinta serie: 1908-1912
Año Título
1908  España sin rey
1909  España trágica
1910  Amadeo I
1911  La Primera República
1911  De Cartago a Sagunto
1912  Cánovas

 

 

Teatro

La obra dramática de Benito Pérez Galdós abarca un periodo que va desde 1892 con el estreno de Realidad hasta 1922, dos años después de su muerte, en que los hermanos Álvarez Quintero estrenan Antón Caballero. Treinta años que contribuyeron a la renovación del teatro decimonónico mediante la introducción de conceptos, temas y técnicas teatrales novedosas con respecto a la producción dramática del momento.

Frente a una burguesía que había sentado las bases del drama sobre una moral hipócrita, Pérez Galdós, influenciado por autores europeos como Ibsen y Maeterlink, pone en práctica un teatro más ideológico, preocupado por la estética, el estilo y la profundidad psicológica de los personajes.

El interés por las tesis regeneracionistas, algo que ya había planteado en algunas de sus novelas, le lleva a la creación de un teatro comprometido con la política, la sociedad y las preocupaciones del público de finales del siglo XIX y principios del XX.